En este yacimiento se engloban todas las culturas que han pasado por este municipio, desde los íberos hasta los primeros pobladores cristianos, destacando la presencia andalusí.
Este yacimiento es un pequeño abrigo que se utilizó como vertedero al menos desde el siglo II a.C. De momento, no se sabe si se utilizó como habitáculo o vivienda anteriormente, aunque si sabemos que se utilizaría como corral, tal y como evidencian los muros que aquí se encuentran.
El hecho de que se utilizara como vertedero ha favorecido su datación ya que ha aparecido material cerámico de diferentes épocas, destacando una pieza de cerámica íbera que se encontró completa.
La ocupación romana de este yacimiento también fue importante. Hasta la fecha su ocupación también se conoce a través de la cerámica, apareciendo bastantes restos de “cerámica sigillata”. En el material encontrado se hallan restos que comprenden un arco desde el siglo I a.C hasta el siglo V d.C.
Bajo una serie de abancalamientos han aparecido estructuras arqueológicas que corresponderían a una alquería andalusí denominada “Alabiar” documentada en 1277.