La falla del Moraig es una espectacular pared rocosa casi vertical. La apariencia pulida y las estrías formadas por la fricción de los bloques indican la dirección del desplazamiento geológico que la originó. La falla parece suspenderse en el aire sobre una laguna, que en su interior alberga la entrada subacuática al Riu Blanc.
Igualmente, la morfología acantilada y la distinta resistencia de materiales a la erosión que formaron este talud también forjaron otros interesantes hitos como la «Vasenilla» (dolina de colapso) o la Cova dels Arcs, a pocos metros.