Las cocas tienen el carácter de las poblaciones de la Marina, de su arquitectura y sus hortalizas. En las casas y casitas pobleras con hornos de leña típicos se elabora este sencillo y preciado manjar. A partir de una base similar al pan -con harina agua y aceite y amasada en un «llibrell» (lebrillo) de barro-, el condimento más típico de las cocas es de sal, aceite y anchoas; de «aspencat» (pimiento y berenjena asados) y de cebolla.
El mismo condimento tienen los bollos, en los que la pasta es escaldada.
Otra variante son las empanadillas («coquetes tapades») normalmente con relleno de guisantes, tomate y cebolla y espinacas.
Estas cocas, bollos o empanadillas suelen acompañarse con salmuera y uva en verano.