La evolución de la sabiduría agrícola ha configurado el paisaje, la cultura y el cultivo poblero que describe e identifica al municipio: el moscatel. La uva de moscatel es el principal patrimonio cultural y socio-agrícola. Hoy en día el 79,8% de la tierra cultivada (368 hectáreas) conforman un paisaje de vid de secano.
La generosidad y la calidad de factores naturales como el clima mediterráneo, el viento dominante de “llebeig” y las lluvias de otoño son claves para que las agradecidas y fértiles tierras de secano –arcillosas y calcáreas- continúen nutriendo las vides que plantaron los antepasados. Unos factores climatológicos que cada año logran una deliciosa uva de moscatel, de sabor exquisito.
Moscatel, delicado trato a mano
El Moscatel (moscatell) de la variedad romana de El Poble Nou de Benitatxell es una uva que requiere un trato delicado y afectuoso. De eso, son conscientes los agricultores que aplican sus conocimientos y técnicas tradicionales a las vides de secano. El Moscatel, acariciado por los vientos húmedos de Llebeig consigue su identidad propia y diferente al resto de lugares de cultivo. Esta uva consigue su momento óptimo de maduración y cosecha entre mediados agosto y finales de septiembre.
El resultado es una fruta natural y fresca, caracterizada por un grano crujiente, carnoso, dorado, de sabor dulce y de aroma intenso. La calidad excelente de esta fruta le otorga propiedades beneficiosas como los antioxidantes y la vitamina B. Además, es rica en azúcares naturales e hidratos de carbono, que la convierten en una fuente de energía natural diaria.
El Moscatel es un producto delicioso para el consumo directo como uva de mesa, pero además sirve de materia prima para la elaboración de pasas, mermelada, vinos y licores dulces.